Cuando yo era niña me gustaba mucho montar mi casita con unas mantas que mi madre me daba para jugar. Era mi espacio privado. Mi mansión.
Pienso que los niños deben tener un espacio privado suyo y de nadie más. Es verdad que tienen su habitación pero una casita hecha a su medida es mucho más reservada y calorosa. Y les dá la responsabilidad por ej. de mantener su espacio organizado.
Cuando nació Violeta empecé a buscar casitas. He encontrado casitas encantadoras pero hay una firma que me tiene loca: Smatplayhouse.
Mirade que casas más contemporaneas, verdad!
Es que me entran ganas de volver a ser niña otra vez o de comprar una para mi.
El modelo Kyoto es el que más me gusta pero también me gusta mucho la cabaña Hobikken.
Y las tenemos en dos versiones: interior y exterior.
Os puedo comentar que he podido ver una Kyoto en persona y es una casita fabulosa.
Os dejo más imagenes pero no dejéis de mirra la web de esta firma. Todas las casitas están producidas bajo pedido y tardan unos 30 días a ser entregadas.
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