Cuando yo era niña me gustaba mucho montar mi casita con unas mantas que mi madre me daba para jugar. Era mi espacio privado. Mi mansión.
Pienso que los niños deben tener un espacio privado suyo y de nadie más. Es verdad que tienen su habitación pero una casita hecha a su medida es mucho más reservada y calorosa. Y les dá la responsabilidad por ej. de mantener su espacio organizado.
Cuando nació Violeta empecé a buscar casitas. He encontrado casitas encantadoras pero hay una firma que me tiene loca: Smatplayhouse.
Mirade que casas más contemporaneas, verdad!
Es que me entran ganas de volver a ser niña otra vez o de comprar una para mi.